Desde hace muchos años, soy un entusiasta aficionado a las vieiras y zamburiñas, unos moluscos que me encantan tanto a la plancha como rellenos y gratinados. El otro día estaban a muy buen precio y me animé a comprarlas para hacer estas zamburiñas picantitas con salsa de tomate y jengibre, que aún recuerdo emocionado.
El nivel justo de picante, una salsa sabrosa con el inconfundible frescor que siempre aporta el jengibre, y una cocción perfecta, hicieron que mi mujer y mi hijo me felicitaran especialmente cuando dimos cuenta de ellas. Las tomamos de cena y servimos cuatro por persona. Si os apetece algo original, esta receta os vendrá muy bien, ya veréis.
Cuando compré las zamburiñas, quería hacer una receta distinta a las tradicionales vieiras gratinadas en el horno o las clásicas vieiras con refuerzo de mejillones que suelo preparar en la época navideña. Por eso hoy vamos a preparar una salsa especial desde cero, en la que después vamos cocinar las vieiras o en este caso las zamburiñas. Para hacerla, comenzamos picando muy fino el ajo y el puerro y lo ponemos a pochar a fuego lento. Tras unos quince minutos -recordad que no queremos tostarlo sino hacerlo despacio en sus propios azúcares como cuando caramelizamos cebolla- añadimos el tomate triturado y dejamos que el conjunto se haga durante unos 12 minutos.
Pelamos el trozo de jengibre, -es muy fácil si usáis el canto de una cucharilla y lo vais deslizando haciendo un poco de presión- y lo picamos muy finamente. Lo añadimos a la salsa de tomate y puerro y dejamos que se cocine otros cinco minutos. Entonces es cuando probamos y rectificamos de sal. Terminamos poniendo las zamburiñas sobre la salsa formando varias capas y dejamos que se cocinen dentro de ella durante unos tres o cuatro minutos.
Con ese tiempo es suficiente para que la carne de este marisco quede hecha pero se mantenga jugosa y para que tome los aromas de los ingredientes de la salsa. Si lo preferís, podéis triturar la salsa para que no tenga tropezones antes de meter las zamburiñas, pero yo no lo hice. Finalmente, apagamos el fuego, añadimos un poco de perejil -opcionalmente cilantro si lo preferís- muy picado y lo llevamos a la mesa donde nos estarán esperando impacientes ya que el aroma se habrá extendido por toda la casa.
Con qué acompañar las zamburiñas picantitas con salsa de tomate y jengibre
Estoy seguro de que os van a encantar estas zamburiñas picantitas con salsa de tomate y jengibre, y solo os quiero dar dos pistas para que las disfrutéis de verdad. Una: comprad o haced un buen pan porque la salsa está de lujo. Dos: meted una botella de vino blanco a enfriar y usadlo para acompañar estas zamburiñas. Ya me contaréis.
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