Animáos a olvidar un poco de la clásica ensalada de lechuga y tomate para innovar con sabores distintos y diferentes. Así que os recomiendo, si os gustan los quesos fuertes, que probéis esta ensalada de melón y queso gorgonzola que sorprende por el contraste dulce y picante sin predominar un sabor por encima de otro.
Yo he utilizado la variedad de melón piel de sapo y un queso bastante maduro, que aunque más difícil de cortar en perfectos cuadraditos, llena mucho más de sabor la ensalada que uno menos curado. Después, un aliño sencillo pues estos ingredientes no necesitan más, y a disfrutar.
Comenzaremos lavando y centrifugando nuestra lechuga de hoja de roble para dejarla bien seca. Seguidamente pelamos y picamos nuestro melón en cuadrados regulares o bien haciendo bolitas si tenemos un sacabolas metálico.
En una tabla cortamos el queso gorgonzola, mejor que esté un poco frío para que no se nos deshaga, también en cuadrados del tamaño de los de melón.
Disponemos la lechuga en boles individuales o en una ensaladera y repartimos por encima la fruta y el queso. En un bol mezclamos el aceite de oliva virgen extra y el vinagre de sidra, añadimos sal y pimienta al gusto y mezclamos con un tenedor para formar la vinagreta. Aliñamos nuestra ensalada y servimos rápidamente.
Con qué acompañar la ensalada de melón
Esta ensalada fresca de melón y queso gorgonzola es distinta, original y sobre todo refrescante. Las ensaladas con fruta son ideales para reponer líquidos después de una jornada de playa o al volver del trabajo, pero sin perder sabor gracias a este delicioso queso italiano. Es un primer plato estupendo para completar un menú más copioso, o servir junto unos aperitivos o picoteo en la cena.
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