Solo se necesitan un puñado de ingredientes (y un poco de ganas de hacer el ganso) para elaborar estos pequeños cerebros de zombi, que van directos a engrosar nuestro recetario de Halloween.
Lo ideal para esta receta sería usar medias noches redondas, pero, por alguna razón que desconozco, este clásico de los cumpleaños infantiles ya no es fácil de encontrar en los supermercados. Un buen sustituto son los panes de minihamburguesa o cualquier otro pan redondo pequeño.
Por lo demás, esta receta ideal como aperitivo de Halloween, no tiene ningún misterio y es perfecta para elaborar junto a los niños. Seguro que se os da mejor que a mí...
Mientras se calienta el horno a 200ºC, con ayuda de un cuchillo vamos a quitar la parte de arriba de las medias noches, sobre la que va a descansar el cerebro de carne picada. El pan que sobra lo vamos colocando en una picadora.
Mientras, vamos disponiendo los panes en una bandeja. Picamos el pan, para hacer el pan rallado que usaremos en los cerebros –que son muy parecidos a unos filetes rusos–. Quizás no necesitemos todo, depende del tamaño de las medias noches, pero lo podemos guardar para otras elaboraciones.
En un bol grande mezclamos la carne picada, unos 50 g de pan rallado, media cebolla bien picada, un huevo, dos dientes de ajo picados, pimienta y sal. Lo mezclamos bien y, con la mano, formamos una especie de albóndigas que vamos a disponer sobre una bandeja para el horno.
Vamos a hacer ahora unos rollitos de papel de plata, que nos van a servir para separar el hemisferio izquierdo y derecho de nuestros cerebros y, con ayuda de un palillo, hacemos las hendiduras para hacer más realista su forma. Antes de hornealos, los pintamos con una mezcla de kétchup y salsa barbacoa, o alguna salsa del estilo que os guste. Las horneamos de 18 a 20 minutos, o hasta que la salsa comience a dorarse ligeramente por encima.
Mientras, vamos a cubrir el fondo de los panecillos con un poco más de salsa y queso rallado, para que se derrita al colocar el cerebro encima. Pasados unos 20 minutos, sacamos los cerebros del horno, quitamos el papel de plata, y los ponemos sobre los panes. Los bañamos con un poco más de salsa y volvemos a meterlos en el horno, donde van a pasar otros 10 minutos.
Pasado este tiempo solo falta ponerle los ojos, cortando aceitunas rellenas de pimiento en láminas, que vamos a sujetar con ayuda de unos palillos. ¡Y a comer!
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Con qué acompañar los cerebros zombis
Estos cerebros zombis son ideales para una cena de Halloween en la que podría figurar también nuestro dip cementerio, la pizza de fantasmas, las salchichas momia o nuestro querido Tutancamembert. Como broche final, cualquiera de nuestros postres de Halloween.
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