Una manualidad comestible perfecta para pasar una tarde entretenida en casa con los niños es la de hornear unos ricos cupcakes que después podemos decorar sin rompernos mucho la cabeza. Y con masa de mazapán, evitamos el fondant de azúcar, que mucha gente considera incombible.
La base de estos pastelitos resulta deliciosa por sí misma, ya que el chocolate se combina con muchas especias que nos ponen en ambiente navideño. La pasta de almendra se trabaja como si fuera plastilina, por lo que es ideal para que los niños nos ayuden y pasen un buen rato con nosotros en la cocina.
Precalentar el horno a 180ºC y preparar una bandeja con moldes de papel. Con ayuda de una batidora de varillas, batir un poco la mantequilla. Añadir el azúcar moreno y el azúcar blanco y seguir batiendo hasta conseguir una textura homogénea y cremosa. Tamizar en otro recipiente la harina con la levadura química, el bicarbonato, la sal y las especias. Añadirlo a la mantequilla y mezclar con suavidad.
Calentar al baño maría el chocolate negro troceado con el agua, hasta que se derrita. Dejar templar un poco e incorporarlo a la masa, con movimientos envolventes, hasta que quede homogénea y sin grumos. Repartir en las cápsulas de papel y hornear durante unos 18-20 minutos, hasta que al pinchar un palillo salga limpio. Esperar unos minutos fuera del horno y dejar enfriar completamente sobre una rejilla.
Para hacer la decoración, aplastar una porción de masa de mazapán o pasta de almendras y añadir un poco de colorante verde, mejor si es de textura de pasta o gel. Amasar bien hasta conseguir que se tiña de color de forma homogénea, añadiendo más colorante si fuera encesario.
Dividir en porciones y dar la forma deseada. Para los arbolitos, formar bolas y luego modelar pequeños conos, decorándolos con bolitas de colores y con un trocito de guinda en la punta. Para las hojas de acebo, dividir cada porción, aplastar ligeramente dejándolas alargadas y formar hojas con los dedos. Hacer leves incisiones con un cuchillo para marcar los nervios de las hojas.
Derretir el chocolate blanco al baño maría y dejar enfriar unos 10 minutos para que empiece a espesar de nuevo. Cubrir una parte de cada cupcake con un poco de chocolate, dejando que caiga ligeramente hacia los laterales. Antes de que se seque, decorar con los arbolitos y las hojas de acebo por pares, situando una guinda rojas entre ellas. Dejar secar completamente antes de manipular los cupcakes terminados.
Con qué acompañar los cupcakes
Una vez nos hayamos asegurado de que el chocolate blanco se ha secado por completo, lo ideal es presentar estos cupcakes de chocolate y mazapán todos juntos en una fuente o bandeja bonita. Son un bocado irresistible tanto para disfrutar como postre o para la merienda, para niños y mayores. Se pueden preparar con antelación ya que aguantan bien de un día para otro. Mejor consumir con moderación, repartiéndolos entre la familia o amigos.
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