Se ha realizado durante los últimos 4 años un análisis exhaustivo de los datos suministrados por 48 áreas marinas protegidas, datos sobre las capturas de peces e invertebrados en todo el mundo durante los últimos 56 años y 32 experimentos controlados. Para complementar toda esta información se utilizaron también diversas fuentes de información como los registros pesqueros sobre las capturas o los registros sedimentarios y arqueológicos que corresponden a 12 regiones costeras durante los últimos mil años. Toda la información ha servido para llegar a una dramática conclusión, en unos 40 años dejaremos de disfrutar de muchas de las especies que actualmente nos deleitan con su sabor y sus beneficios para la salud. Según el director del estudio realizado, Boris Word, este dramático desenlace se puede cambiar, ya que todavía estamos a tiempo de ello, los estudios revelan que la mayoría de las especies pueden recuperarse espectacularmente dando paso nuevamente a la estabilidad y la productividad.
Si no se cambia la política pesquera, es muy probable que las futuras generaciones no puedan disfrutar de un buen bacalao, un rape o un lenguado entre otros. Que existe un grave problema es cierto y no sólo con el pescado, ya que pueden quedarse sin trabajo miles de pescadores, esto es algo muy evidente. Si estamos a tiempo, no hay que dejar pasar la oportunidad, una adecuada política pesquera y una alternativa temporal para los pescadores permitiría que continuáramos disfrutando de los buenos productos del mar, nosotros y las siguientes generaciones.
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