Breve reflexión sobre la quinta gama

Breve reflexión sobre la quinta gama
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Ya han pasado unas cuantas semanas desde que se clausuraron las Gastronomy & Technology Days. Fue allí donde tuve la oportunidad de asistir a un taller-debate donde se hablaba de los productos de 5a gama, fue allí donde aprendí que los productos preparados y precocinados se les llamaba 4a y 5a gama.

Los productos de cuarta gama son básicamente vegetales, frutas y hortalizas, que han sido procesados para que tenga una mejor funcionalidad, pelados, cortados y lavados, aunque no se han cambiado de una forma apreciable sus propiedades originales. Los encontramos envasados y refrigerados listos para su utilización.

Los de quinta gama son platos preparados y listos para comer. Elaboraciones hechas con diferentes ingredientes que suelen ser envasados al vacío y pasteurizados, para más tarde ser consumidos calentándolos únicamente. Lo anterior, a pesar de la breve explicación, y de que es muy a grosso modo, da para unas cuantas reflexiones sobre el uso de este tipo de productos en los restaurantes.

Los de cuarta gama, me parecen estupendos, es más o menos lo mismo que hago yo en casa, compro las bolsas de mezclum para ensaladas, las abro y dejo caer el contenido del interior en la ensaladera o abro el tetra brick de caldo de carne, para preparar alguna que otra sopa. Es cierto que quizás se pierda algo, llámale frescura, llámale sabor, pero me ahorra mucho tiempo.

Sin embargo, los de las quinta gama ya son otra cosa, no es que sirvan para ahorrar tiempo al cocinero, es que directamente ahorran al cocinero, vamos que lo quitan de en medio, que ya no tiene que cocinar, que la persona responsable de la cocina, solo tiene que saber cómo abrir una bolsita con unas tijeras o como funciona un abre latas y como poner en marcha el microondas. Y hablando sinceramente, por muy de alta calidad que sea la gama, yo sigo siendo una romántica y me sigue encantado que cuando voy a un restaurante, en la cocina haya un señor con delantal, gorro, una espumadera en la mano y delante del fuego que prepare mi comida in situ y al momento.

Creo firmemente, que para comer cosas preparadas, me quedo en mi casita y abro yo solita las latas, pero continuando con la sinceridad, también tengo que reconocer que en algunos restaurantes y en el caso concreto de algunos “chefs”, más valdría presentarle al propietario del local una buena selección de productos de 5a gama y al cocinero el plan de estudios de alguna buena escuela de cocina.

Foto | jenschapter3
En Directo al Paladar | Mis platos de casa, de Martín Berasategui

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