Naranja sanguina, la belleza rojiza del invierno

Naranja sanguina, la belleza rojiza del invierno
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Cuando empecé a utilizar la red para investigar sobre la cocina y buscar recetas, hace ya años, recuerdo que me llamó mucho la atención encontrarme en páginas anglosajonas el término blood orange. ¿Naranja de sangre? Obviamente, es la traducción literal de la palabra inglesa para referirse a la naranja sanguina, una fruta que por aquel entonces yo no conocía. Y es que no resulta muy sencillo encontrar en el mercado esta curiosa variedad de naranja, belleza rojiza del inverno.

Mi madre me suele contar cómo recuerda en su infancia a mi abuelo pelando esas jugosas naranjas de color tan vivo, y es que mi familia siempre ha sido muy aficionada a los sabores cítricos. Es una fruta típicamente invernal y si nos despistamos se nos puede escapar su temporada, como ya me ha pasado más de una vez. Pero, ¿qué diferencia a la sanguina de las variedades más comunes de naranja dulce?

Origen y características

Naranja sanguina

La naranja sanguina no es más que una variedad de naranja que responde a unas características peculiares. Hoy en día es un fruto típicamente mediterráneo, aunque su origen histórico parece situar a la naranja en ciertas zonas de China o del sureste mediterráneo. Los movimientos de distintos pueblos llevaron el cultivo de los cítricos al sur de Italia, destacando especialmente Sicilia, donde se introdujo la variedad dulce de naranja de la mano de portugueses y genoveses.

El origen concreto de la sanguina no está claro, pero lo más probable es que el descubrimiento de sus variedades y su explotación como producto comercial se sitúe entre España e Italia. Y es que se trata de una mutación de la naranja dulce común que se produce de forma natural cuando se dan las condiciones adecuadas.

Lo que distingue a la naranja sanguina es sin duda su color, el rojizo de su piel y sobre todo de su pulpa, que puede adquirir distintas tonalidades. Este color rojo depende de los pigmentos hidrosolubles llamados antocianinas, presentes en muchas otras frutas y vegetales. Para que se produzca el color rojo, deben darse temperaturas muy frías nocturnas, que son las que provocan que se sinteticen dichas antocianinas.

Principales variedades

Naranjas Sanguinas

Hay diferentes tipos de naranja sanguina que se distinguen principalmente por las tonalidades de color y el nivel de acidez de su carne y zumo. Aunque hoy en día se distribuyen por todo el mundo más de una decena de sanguinas distintas, son tres las variedades más comunes, y también las más cultivadas en la zona mediterránea.

La Tarocco tiene su origen y principal producción en Italia, concretamente en Sicilia, donde crece con facilidad gracias a la fertilidad de los suelos que rodean al Etna. Carece de semillas, tiene la piel muy fina y es una de las variedades más dulces, aunque también es la que presenta un color rojo más atenuado. Es además la naranja con mayor contenido en vitamina C.

De procedencia española es la conocida como Sanguinello, descubierta a principios del siglo XX. Tiene un color rojo más profundo que su pariente italiana, pocas semillas y una carne veteada de rojo, algo más amarga pero de agradable textura. Si las heladas de invierno se retrasan, es frecuente encontrarla en los mercados hasta bien entrada la primavera.

La variedad Moro, originaria también de Italia, es la naranja sanguina de color más fuerte, con un rojo tan profundo que casi llega al negro en algunas ocasiones. También resulta mucho más amarga, con toques ácidos, por lo que se la suele comparar con el sabor del pomelo. Su carne es muy jugosa y no tiene semillas.

Usos y propiedades

Naranjas Sanguinas

En general, a la naranja sanguina se le puede dar el mismo uso que a la naranja dulce más común. Sin embargo, sus llamativos colores y el amargor de su carne y zumo determinan algunas formas concretas de consumirla. Los aromas y sabores profundos de las sanguinas las hacen especialmente adecuadas para la preparación de mermeladas, jaleas, zumos y helados, siendo muy populares los sorbetes de este cítrico en Italia.

En los últimos años ha ido ganando fama a la hora de usarla en la cocina, pues su intenso color rojizo la convierte en un ingrediente muy atractivo para la preparación de platos frescos, como ensaladas, ya sea usando la fruta tal cual o empleando su zumo en aliños aromáticos. También es un producto cada vez más solicitado en la elaboración de dulces, aportando jugosidad a masas de bizcochos y pasteles, con un interesante contraste de sabores dulces y amargos.

Nutricionalmente, la naranja sanguina destaca por su alto contenido en vitaminas y antioxidantes, relacionados directamente con los pigmentos presentes de forma natural. Recientes estudios científicos apuntan a que las antocianinas pueden ayudar a retrasar el envejecimiento celular y a controlar el nivel de colesterol en sangre. Además, destaca también la presencia de calcio, ácido fólico, vitamina A y fibra alimentaria.

Todavía tenemos mucho invierno por delante que nos dejará varias heladas, así que seguro que la naranja sanguina estará con nosotros hasta haga su presencia la primavera. Pero por si acaso, no perdáis la oportunidad de haceros pronto con unos buenos ejemplares de alguna de sus variedades, sobre todo si sois amantes de los cítricos como yo. En el caso de que no os gusten demasiado los sabores amargos, os recomiendo preparar un zumo casero mezclando naranja dulce con sanguina, es un cóctel de vitaminas ideal para comenzar el día.

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