¿No os lo habéis preguntado nunca? Yo sí. Si la cocina, y sobre todo, las grades estrellas de la cocina, hacen arte con los platos, ¿por qué no están sujetas a derechos de autor o copyright sus creaciones?
De hecho, hace tiempo, un chef alemán, Heinz Beck del restaurante "La Pergola" en Roma, planteó la posibilidad de que se pudieran registrar las recetas. La cuestión es, ¿por qué algo que es claramente un arte, no ha seguido el mismo camino de protección de derechos de autor de cine, literatura o cine? Reflexionemos sobre ello. Yo tengo una hipótesis, pero me gustaría conocer las vuestras.
Hay que tener una cosa clara antes de continuar. El mundo de la cocina, no está en absoluto libre de los derechos de autor. Libros, vídeos, programas de tv, películas, o cualquier otro producto de merchandising de cualquiera de los chefs más famosos del mundo, está sujeto a los derechos de autor, y por tanto, tienen copyright, si así lo quieren.
Pero en lo que son las recetas propiamente dichas, la aplicación de los derechos de autor, una especie de "cookright", no existe en la práctica, ¿por qué?
Podríamos pensar que es un comportamiento altruista dentro de la comunidad de cocina. Y tiene cierto sentido. Que sea parte de la cultura culinaria, de la propia evolución del arte de cocinar. Al fin y al cabo, todos aprendemos de alguien, y las recetas se transmiten de boca a boca. Y, claro está, cuando se inventó la escritura, al igual que con los cuentos, se fueron plasmando en libros de recetas. Pero yo creo que tiene que haber algo más.
Si los cuentos, que es otra expresión de la cultura humana, acabó en los libros, y luego los que inventaban cuentos los registraban con derechos de autor, o la música, ¿por qué no las recetas?
Mi hipótesis es que es imposible porque la experiencia gastronómica va mucho más allá de recopilar unos ingredientes, o de cocinarlos. Siempre es única e irrepetible. Da igual que el mejor de los cocineros inventara una técnica o receta única y totalmente novedosa. Ni siquiera el mismo sería capaz de repetirla igual y mucho menos otro cocinero. Es decir el coste de proteger la "copia", supera con creces al beneficio que poder copiar otras recetas.
No ocurre lo mismo con los libros, la música o el cine, donde cada copia cuesta muy poco, en comparación a lo que cuesta el proceso de creación. En la cocina, cada vez que se hace el plato, hay que hacer un gran esfuerzo, casi el mismo. Es decir, la innovación es proporcionalmente menor comparada al coste de volver a hacer las receta. Por el contrario en otras artes, el proceso de creación es mucho más costoso proporcionalmente, y un "aprovechado" puede beneficiarse del trabajo de otro simplemente plagiando, o vendiendo copias.
Uno puede saber cómo Arzak o Adriá hacen una receta, pero ¿somos capaces de hacerla igual y lucrarnos con ello? Muy poco probable. No podemos hacer copias infinitas como con un cd y venderlas por ahí. Frente a eso, es mucho mejor para toda la comunidad de chefs, copiarse una y otra vez, y hacer mezclas o pequeñas variaciones de las copias, con las modificaciones que cada uno quiera, porque el beneficio de este proceso es mucho mayor.
Ojo, no estoy diciendo que no haya innovación en la cocina. Ni muchísimo menos. De hecho, quizá sea uno de los procesos más creativos que existen. Solo que, en la cocina, innovación y ejecución van de la mano, y lo hacen cada vez que se hace un plato. En las otras artes, susceptibles de copia múltiple, la ejecución es mucho más sencilla.
Por otro lado, y no menos importante, es que el proceso de copyright sería extremadamente complejo. Todos podemos distinguir bien un plagio, pero ¿qué sería plagio en la cocina? La adición de un solo ingrediente, o el cambio en las proporciones, pueden cambiar totalmente el sabor, textura, etc... de un plato, ¿Cómo y quién decidiría que una receta con copyright ha sido copiada? Eso sí, trabajo los abogados no les iba a faltar!
¿Qué pensáis vosotros? ¿Por qué no hay copyright o "cookright" en la cocina? ¿Debería haberlo o permitirse?
Imágenes | Por opensourceway En Directo al paladar | Copyright para las recetas de cocina En Directo al paladar | La pizza napolitana protegida por Europa
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